"OK Computer" de Radiohead: una cascada extraordinaria
Primero un poema que escribí respecto a este disco de Radiohead.
Te cubre una avalancha de cristal.
El vuelo de dientes de león.
Más allá de estantes,
una estampida (desenfocada)
de humanos chocan entre sí.
Y la vida se filtra en un rayo de luz
que sabe a incendio.
Esto es un arresto,
dice la Tierra entre dientes.
¿La paranoia te hizo olvidar la bolsa de aire para la nave? Porque vivir en campaña
es más importante.
Autopromocionarte primero,
para existir luego.
La aprobación intergaláctica
te devuelve este reflejo:
materia productiva, ¿y eso basta, no?
No olvides tu visa: sé que sospechas de cada pared trepada y cada planeta explorado
Pero tu suer-te (artefacto humano ancestral)
podría cambiar en la música de los créditos.
OK Computer es un universo que gira con elasticidad y emoción. En la tercera obra de Radiohead encontramos música atemporal y perfecta.
Así llega este álbum a sus 25 años (publicado el 21 de mayo de 1997 vía EMI Parlophone y Capitol Records): como arte que conserva frescura y poderío. Arte vivificador que despidió al siglo que lo vio surgir, y al mismo tiempo representó la bienvenida al siglo veintiuno.
Además de que la agrupación británica, construyó un estudio móvil para grabar este producto acompañados de Nigel Goodrich (para quien fue su debut como productor), también difuminó fronteras y sacudió espíritus.
Volver a OK Computer es una experiencia sobrecogedora. Los músculos se contraen y el pelo se eriza al escuchar esta cascada extraordinaria de sonidos que ilustra la idea de ser mortal.
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